Ayer fue un día histórico para el Monasterio de Yuste y para la comunidad franciscana que lo habita. El presidente de la Junta y la ministra de Educación y Cultura firmaron la cesión a Patrimonio Nacional del edificio que fue morada de Carlos V durante sus últimos años de vida. El traspaso garantiza el futuro de este importante enclave extremeño y su incorporación a los Reales Sitios, entre los que se encuentran joyas arquitectónicas como La Granja de Segovia, El Escorial o el palacio de Aranjuez.

El nuevo monasterio estará a disposición de la Casa Real, que tiene previsto habilitar una parte del edificio como residencia oficial. Además, Patrimonio Nacional acometerá un plan de actuación arquitectónica y de adecuación artística, para lo cual se recuperarán objetos, mobiliario, tapices y obras de arte relacionadas con el emperador hispano-alemán.

El hecho de que Yuste se sume a los 17 enclaves que actualmente gestiona Patrimonio Nacional da por zanjada una vieja disputa política y da tranquilidad a la orden franciscana, que le permite conservar la vida contemplativa que llevan, además de impulsar el turismo en la zona, ya que se incorpora a la red de palacios, monumentos y conventos dependientes de la Casa Real.