La dimisión en bloque del Gobierno belga, que encabeza el primer ministro Yves Leterme , acusado de presionar a una jueza para que autorizara la venta de una parte de Fortis a BNP Paribas, representa una crisis con escasos precedentes en Occidente y, de puertas adentro, pone en riesgo el precario equilibrio entre flamencos y valones.