Zapatero presentó ayer el tercer informe económico de la Presidencia del Gobierno. Del acto, destacan un balance optimista del plan E (sin él, el paro habría crecido dos puntos más, hasta el 20%); un compromiso sobre reformas (laboral y pensiones) que hasta hace poco no se planteaban, y una novedad: el presidente situó la lucha contra el déficit público por encima de otras necesidades, que no citó, pero que podrían formar parte del gasto social. El déficit superará este año el 9,5% previsto por el Gobierno. Este subrayado venía obligado por la decisión de una de las agencias de calificación de riesgo (Standard & Poors) de rebajar la perspectiva de la economía española de "estable" a "negativa", al calor de la grave crisis financiera de Grecia, primer país de la zona del euro en peligro de suspender pagos. Sin necesidad de referirse al desprestigio que acumulan estas agencias por no prever la crisis financiera internacional, Zapatero sí que recordó que las otras dos (Moodys y Fitch) siguen calificando a España con la mejor nota y que la deuda española estará, en el 2010, 20 puntos por debajo de la media europea. Este dato fue destacado también ayer por el primer banquero del país, Emilio Botín, para tranquilizar a unos mercados arrastrados a la baja el miércoles, pero que ayer recuperaron la normalidad.