Escritor

Esa palabra no está en el diccionario de la Real Academia ni en el Casares, ni en el María Moliner, ni en ninguno, es el arte de zaplanizar a este país. ¿Pero qué es zaplanizar? Ahí está la cuestión. Zaplanizar viene del arte de Zaplana que consiste en poner una máscara a todo lo que se mueve haciendo creer que se trata de Aladino y la lámpara maravillosa. Zaplana visto de cerca es como una caja de ahorros que da ánimos a los clientes. Un poco también como los periódicos de ahora, que recortan en información limpia, entregándote con el ejemplar un libro, un abanico o el rosario de tu madre, que es lo que aprovecha Rodrigo Rato para tener contenta a su novia. En lugar de hacerle un regalo como hacían los políticos victorianos a sus amantes, Rodrigo les lleva un pin, o la estatuilla de una pieza del ajedrez. ¿Cuándo un preservativo? Pues la zaplanización es una cosa parecida. ¿Están descontentos los viejecitos? Pues va Zaplana y le regala la botella donde va la sonda cuando es prostático. A ellas si están sordas, el primer plazo de un sonotone, y el resto ya en febrero como hace El Corte Inglés. Se lamentaba Zaplana de los jóvenes, con razón porque a ellas unas compresas les vendría de maravilla, pero a la tercera edad cómo les regalas compresas, si acaso para las incontinencias. Estas medidas las toman siempre preguntándole a Rodrigo Rato. ¿Y un consolador...? Esta era idea de don Manuel: --Vive Dios que un consolador es una cosa muy socorrida que puedes llevar en el bolso para cualquier apretón.

La vida española ha quedado reducida a esto, a regalarte un cupón los viernes, que es una costumbre que puso en práctica Pilar Primo de Rivera y los sindicatos que te regalaban la canastilla y un bote de leche en polvo. Yo pienso que de aquí a mayo del 2003 vamos a ver por ejemplo a Floriano con una gran compañía de variedades por ciudades y pueblos con nuestro político de trapecista, o en una jaula de leones. Todo por la querida patria como decían los versos de Tirteo.