El mejor antídoto contra la nostalgia es pasar el testigo a los que vienen detrás. El diseñador español afincado en Francia Paco Rabanne presentó ayer en París su colección para la próxima primavera-verano y aprovechó para atribuir el mérito a Rosemary Rodríguez, su estrecha colaboradora. "Es obra suya", dijo.

La calurosa acogida que obtuvo la colección evidenció que el timón está en buenas manos. Rodríguez, nacida en Salamanca, reinterpretó a la mujer Rabanne y abrió un ropero en el que no faltaron los elementos típicos de la casa: el metal y el plástico (foto derecha). Con la mirada en el siglo XXI, la diseñadora expuso su visión del sport chic con prendas que combinan el metal, el algodón y los detalles tecnológicos.

Rabanne puso a desfilar minis blancas con tops en plata y vestidos cortos confeccionados con cintas de plástico unidas con piezas metálicas. También ayer, la firma Nina Ricci puso de largo a su nuevo diseñador, Laars Nielsen. El creador rescató el espíritu de la casa con un perchero del que descolgó prendas de organza, encaje y cachemir que vistieron a una mujer picante y romántica (foto izquierda).