Pinochet no se considera un dictador, sino un "ángel patriótico" que no tiene que pedir perdón a nadie y el artífice de que Chile no sea ahora un país marxista. En una entrevista televisada en EEUU que él mismo ha considerado que será su última conversación con un periodista, ha dicho que no tiene que pedir disculpas por lo que pasó durante su régimen militar (1973-90) y que, bien al contrario, sus opositores son los que tienen que pedirle perdón a él. A sus 88 años sigue despertando odios viscerales en oyentes de medio mundo cuando reconoce que es posible que se cometieran excesos y abusos pero que no lamenta nada.