La afluencia matutina de romeros fue escalonada, quizá por lo nublado que amaneció el día, pero para cumplir con la tradición de acompañar a la patrona en la procesión subieron por miles y a pie. Alrededor de 12.000, según estimaciones policiales, en la romería que la edil de Turismo, Raquel Puertas, se ha propuesto hacer fiesta de interés regional.

Por lo que técnicos de la Junta se mezclaron entre la multitud y seguro que tomaron buena nota de que es la devoción por la patrona, cuando no la tradición popular, lo que da sentido a la romería del Puerto. Las vivas a la Canchalera o los pañuelos blancos hablan por sí solos.

Como manda la tradición fue la corporación municipal la que sacó a la Virgen al atrio, donde por primera vez la recibieron también los coros de los hogares de mayores de la avenida de la Vera y Matías Montero, ataviados con traje regional. Luego la cargaron hasta 70 devotos.

En la misa presidida por el obispo se entregó el listado de enfermos en el hospital y la jornada transcurrió sin incidentes ni atascos. Salvo algún coma etílico de las nuevas generaciones que hicieron su fiesta en los chiringuitos sin faltar los típicos merenderos y, por primera vez, un retén de bomberos. Los Platero dieron 2.100 euros por meter a la Virgen y 410 por el ramo, una peña de amigos 1.500 por subirla al camerín y por 250 Lucía Pérez se quedó con el cuadro que cedió a las pujas.