La juez del juzgado de lo Penal ha condenado a quince meses de prisión a J. C. G. S., un joven de 34 años con antecedentes, al que la Policía Nacional considera responsable de un total de 11 robos con fuerza cometidos en unifamiliares y pisos entre enero y marzo de este año cuando sus inquilinos estaban durmiendo.

La pena corresponde al último robo cometido por el joven en un piso del centro que estaba habitado y donde precisamente fue sorprendido in fraganti por una menor de doce años, e incluso llegó a forcejear con el padre, que le identificó y pudo ser posteriormente detenido.

La juez le ha condenado por un delito de robo con fuerza en las cosas en una casa habitada, en grado de tentativa, porque considera probado que, a las ocho de la mañana del 12 de marzo, escaló hasta el balcón de un segundo piso de la calle Podadores, alzó la persiana, empujó la puerta corredera haciendo que saltase el cierre y entró para buscar objetos de valor.

Entonces le sorprendió la menor, que avisó a sus padres, quienes intentaron retenerle, aunque escapó sin botín alguno y fue detenido al día siguiente por la Policía Nacional en San Lázaro "cuando intentaba comprar droga, sustancia a la que fue adicto y de cuya adicción se ha recuperado parcialmente", relata la sentencia. Además de cumplir la pena de cárcel --donde está desde el 13 de marzo--, deberá indemnizar al hombre que le identificó con 600 euros.

COLABORACION CIUDADANA Pero los robos en viviendas continúan y esta semana, la policía local ha frustrado uno en un piso de la calle Santa María gracias a la llamada de una vecina, que avisó de que había oído ruidos. Entonces no había nadie en la casa y los agentes pudieron coger al individuo in fraganti .

Por su parte, la Policía Nacional también ha recibido en la comisaría denuncia de otro robo cometido en un piso de la avenida de España, al que el ladrón accedió por el patio de luz y de otros dos en bares del centro, en uno de los cuales desaparecieron quince botellas de whisky.