Por prudencia justificó ayer la policía nacional el retraso en actuar y los reiterados intentos por negociar una salida voluntaria, que llegó casi cinco horas después, e incluso después de pedir al juzgado una autorización más de la que permitía el desahucio administrativo. No había antidisturbios y se temió que los efectivos reunidos --una treintena de policías uniformados entre la nacional y la local, varios más de paisano y de la Guardia Civil-- no fueran suficientes o pudiera crearse un conflicto. Tampoco la policía local desalojó la barricada que cortaba la calle, dijo su jefe que por no provocar más conflicto.