Un kilo de patatas por 50 céntimos, un bote de café por treinta o un paquete de macarrones por setenta. Son algunos de los ejemplos de los productos y precios que se pueden encontrar en el denominado supermercado social que ayer abrió sus puertas en la calle San Cristóbal, en San Miguel. Sus destinatarios son desempleados, pensionistas y familias que no superen los mil euros al mes de ingresos en la unidad familiar, que encontrarán en el supermercado productos de primera necesidad con rebajas de hasta un 70% de su precio habitual.

Consuelo de Miguel, directora del hogar de mayores de la puerta Berrozana, es la promotora de esta iniciativa pionera que busca "ayudar a la gente que más lo necesita en estos momentos de crisis" y fomentar además la integración social de las personas discapacitadas puesto que seis de los siete empleados que ha contratado son discapacitados.

El supermercado se ha habilitado en un local de mil metros alquilado por la empresa Electrofil "por una renta simbólica", según De Miguel y venderá solo productos de primera necesidad --nada de alcohol-- procedentes de excedentes o con fecha de caducidad próxima. De momento, hay legumbres, frutas, pastas, arroces, harinas, lácteos, zumos, productos de desayuno y algunos congelados y ninguno llegará a un euro de precio.

Según explicaba ayer De Miguel, para poder adquirirlos, los interesados deberán acudir al supermercado con su carnet de identidad, una nómina o la tarjeta del paro y la declaración de la renta, necesarios para que asistentes sociales verifiquen que no llegan a los mil euros de renta mensual. "A las personas que cumplan los requisitos se les hará una ficha y podrán tener un gasto máximo de 15 euros semanales por familia porque no queremos que nadie nos engañe y empiece a atesorar alimentos viendo que son baratos", dijo.

El sueldo de los contratados saldrá de subvenciones de la Junta y el Sexpe y los ingresos "repercutirán en el propio supermercado, para comprar más productos y, si es posible, contratar a más gente, que es lo que quiero", subrayó la promotora.

PIDE MAS AYUDAS Hasta el momento, ha recibido la colaboración de Caja Duero y Amigos en Marcha, que le han concedido microcréditos de 1.500 euros, además de empresas como Alimentación CONPE SL, de Cáceres, El Pozo, Mundifrut, Azcoyen, que ha cedido la caja registradora, Viveros Sor Valentina, la ferretera Hermanos Moreno, que ha puesto las estanterías y particulares como Alicia Ramos, que ha aportado 200 euros y no quiso faltar ayer a la inauguración del supermercado.

Pero De Miguel aprovechó para pedir más colaboración para un proyecto que "no quiere hacer competencia a las grandes superficies sino hacer la vida más fácil a los colectivos desfavorecidos". Por eso apeló a los bancos de alimentos y otras instituciones: "Que se acuerden de la gente que lo necesita", dijo.