Los beneficios de la actividad física en la salud son de sobra conocidos, pero con la covid, el ejercicio físico adquiere una relevancia aún mayor y está científicamente comprobado. El placentino Antonio García Hermoso, investigador en Navarrabiomed, un centro de investigación biomédica vinculado a la Universidad Pública de Navarra, lo ha podido constatar como director de un grupo de investigación sobre la Actividad Física Infanto-Juvenil y sus efectos en la salud de un grupo de población que va desde los 3 años hasta los 18.

De hecho, uno de sus proyectos es un observatorio de la actividad física en niños de 3 a 6 años, con el que han comprobado los efectos negativos del confinamiento en 21 niños que disponían de un acelerómetro para medir su actividad, la calidad de su sueño y otros parámetros.

«Ha quedado demostrado el aumento en casi una hora diaria de la conducta sedentaria de estos niños, se redujo su calidad del sueño y también empeoró su autorregulación, con una mayor conducta antisocial y aspectos incluso de ansiedad».

Porque subraya que «la salud es integral» y, por lo tanto, un empeoramiento de la física afecta también a la salud mental.

Por eso, García Hermoso considera «un sinsentido» que se cierren los parques infantiles, donde los niños pueden jugar y, por tanto, hacer ejercicio. Pero también ve ilógicos los cierres de centros deportivos, piscinas y gimnasios porque «va a generar una mayor inactividad, sedentarismo y esto empeorará el cuadro clínico de los pacientes en futuras oleadas».

De hecho, no duda de que uno de los aspectos que ha influido en el aumento de contagios y fallecidos de la última ola es que «estamos arrastrando los problemas de la cuarentena, por la inactividad, el sedentarismo, la mala alimentación y el impacto en la salud mental».

Es decir, el cuerpo está peor preparado para enfrentarse al virus. Así, señala que, en la primera ola, «el cuadro clínico del paciente era un hombre mayor de 55 años, con alguna patología como obesidad o diabetes. Ahora, ha habido muchos pacientes más jóvenes, muchos en UCI». Es más, en otro de sus proyectos estudia a pacientes que han pasado la covid y «los hay de 40 años, bomberos y policías, que no podían ni ir a por el pan por la fatiga y la disminución de la capacidad respiratoria después de meses».

Recomendaciones

Por todas estas investigaciones, su recomendación es clara: «Una actividad física regular va a fortalecer nuestro sistema inmune y vamos a conseguir un organismo más preparado para posibles virus o patógenos. Esto no significa que nos vaya a impedir contraer el virus, pero sí ayudará a contrarrestar los efectos negativos del estrés que generó el confinamiento en el sistema inmune de las personas».

Además, destaca que la actividad física «aumenta significativamente los niveles de anticuerpos después de la vacunación, algo que es muy relevante en estos momentos».

Con todo, este investigador, incluido en el 2% de los científicos más citados del mundo en el 2019, según un estudio de la Universidad de Stanford, avisa que, en el contexto actual, «se nos presenta una oportunidad para promover la actividad física y disminuir la inactividad a nivel global, sin embargo, no se está dando la importancia que merece a este hecho».