La plazuela de San Martín, uno de los espacios del centro histórico de la ciudad que fue liberado de coches, ha sido atacada dos veces en menos de una semana y ayer todavía eran evidentes los destrozos ocasionados en los bancos de granito y las pintadas en algunas de las paredes.

El entorno de la Catedral también amaneció ayer con nuevas pintadas "que nos asustan mucho, ya que el tratamiento que se debe dar ahora al granito para limpiarlo es muy complicado, además de costoso y erosiona el patrimonio" explicó el alcalde, Fernando Pizarro. Este enclave también sufrió la rotura de varias farolas.