Nada más doblar la esquina de la calle Zapatería con la calle Arenillas se percibe el mal olor. La consecuencia es un vertido de aguas presuntamente fecales que los vecinos vienen sufriendo desde hace un año y que desde el verano ha comenzado a salir por dos puntos distintos de la calle.

Tomás Jiménez, miembro de la directiva de la Asociación de Vecinos Zona Centro envió un escrito al ayuntamiento a finales de agosto denunciando el vertido, que proviene de la parte baja de la pared de un edificio que hace esquina con la calle Zapatería. Ahora ha vuelto a insistir al ver que sigue sin solucionarse. "Esto no se puede aguantar, el agua sale sucia, negra y corre por el medio de la calle. Huele que apesta y desde que sale por dos puntos es peor, hay 25 metros de calle cubiertos de aguas fecales".

Jiménez ha advertido del peligro sanitario que este vertido representa, por lo que ha dado de plazo al ayuntamiento para arreglarlo hasta mediados del mes de noviembre: "Si entonces sigue igual, lo denunciaré a Sanidad".

NO ES LA RED MUNICIPAL

Pero no sólo los vecinos sufren los malos olores del vertido, también los turistas, al encontrarse la calle en plena zona monumental.

La concejal de Obras del ayuntamiento, Mónica García, ya ha acudido con técnicos a la zona y señaló ayer que el vertido "no procede de la red de saneamiento municipal". Sin embargo, el ayuntamiento aún desconoce su origen, por lo que ha optado por pedir a los vecinos que viertan un tinte rojo por los desagües para averiguar de dónde proceden las aguas, según explicó García. De momento, el sistema no ha dado resultado, pero la edil confirmó que "es un problema privado".