El agresor sexual se ha convertido en el principal tema de conversación de los placentinos. La última agresión, en la transitada calle de San Fulgencio, ha provocado la alarma principalmente en el barrio de Miralvalle puesto que se trata ya de la segunda vez que el violador actúa en el barrio.

Precisamente fue en esta zona donde atacó por primera vez a una mujer a finales de marzo, concretamente en el pasadizo que une la plaza de la Constitución con la calle Cristobal Colón, y en esa ocasión se tapó la cara con una camiseta y amenazó a una joven con un cuchillo al tiempo que se masturbaba delante de ella.

A este caso se ha unido ahora el ataque en un portal, también con la cara bajo una camiseta, aunque esta vez sin arma blanca y sin llegar a agredir a la mujer porque sus gritos le obligaron a huir. A la preocupación por estos hechos se añade ahora el nuevo modus operandi de colarse en los coches en marcha.