Las obras de construcción del albergue juvenil de Santa Ana concluirán en julio, aunque finalmente la inauguración de este nuevo espacio, que podrá alojar a más de cincuenta personas, tendrá lugar después del verano, cuando esté plenamente equipado.

"La obra marcha a muy buen ritmo", destacó ayer la concejala de Urbanismo, Mónica García, quien inspeccionó el edificio junto al arquitecto municipal, Fernando Serrano, para verificar el estado del proyecto, que ejecuta la empresa Moliher por un importe de 227.019 euros.

La construcción tendrá tres alturas, divididas en dos pisos y una entreplanta, y estará plenamente adaptada para minusválidos. "Habrá en total cinco grandes habitaciones con literas, lavandería, un pequeño oficio, zona de estar y tres baños", recordó el arquitecto, que también destacó "su excepcional ubicación en la plaza de Santa Ana".

Además, Fernando Serrano explicó que "el edificio es del siglo XVI que fue en su día un antiguo convento de jesuitas", y desveló que durante los trabajos de remodelación se ha descubierto "una magnífica bóveda inclinada que, por supuesto, hemos mantenido intacta, lo que nos ha obligado a modificar levemente el proyecto".

No es la única joya existente en el interior del histórico inmueble, ya que los visitantes del futuro albergue juvenil también podrán subir y bajar por la originaria escalera de caracol que servía para comunicar dos alturas hace más de 300 años.