Tras el incendio ocurrido el viernes 28 por la noche en el centro sociosanitario de Plasencia, su alcalde, Fernando Pizarro, subrayó: «Se ha puesto en riesgo la vida de trabajadores y pacientes. Aquí hay responsabilidades y las tendrá que asumir la Junta, el Sepad y la directora del centro». Además, anunció que pedirá a la Inspección de Trabajo que acuda al centro.

Pizarro dijo que el suceso «no me cae de sorpresa porque en muchas ocasiones los trabajadores me han trasladado su preocupación por su precaria situación y falta de productos de primera necesidad» como hojas de afeitar o material de sujección de sillas de ruedas, dijo.

Criticó sobre todo la «falta de medidas de seguridad», que dijo impone el Sepad cuando recibe un proyecto, pero «no cumplen la normativa en sus edificios».

Del suceso, destacó la rápida actuación de las policías y bomberos y resaltó que «un guardia de seguridad de una empresa externa tuvo que ser atendido por inhalación de humo y una residnete se quedó encerrada en un servicio y no sabían dónde estaba. Esto fue el viernes y el Sepad no ha dicho ni pío».

La directora gerente del Sepad, Consolación Serrano, dijo el martes que estas palabras son una «utilización política de mal gusto» del suceso. «Hay que construir en torno a la imagen de las personas con trastorno mental y las medidas de seguridad las tenemos todas».