El alcalde de Plasencia, Fernando Pizarro, deja claro que para el consistorio no es prioritario que la ciudad cuente con un Palacio de Congresos y Exposiciones, y afirma que él hubiera preferido que se acometiera la reforma de Martín Palomino en lugar de esta infraestructura.

Las obras de construcción del Palacio de Congresos y Exposiciones de Plasencia, en las que el Gobierno regional lleva invertidos más de 17 millones de euros, concluirán el próximo año 2014, después de haber estado paralizadas durante nueve meses con motivo de la aprobación de un modificado del proyecto que se planteó en marzo de 2011 por razones técnicas y de ahorro energético.

En cuanto al futuro mantenimiento de las instalaciones, Fernando Pizarro hce hincapié en que el Consistorio no se plantea nada en ese sentido ya que el Palacio de Congresos en un proyecto del Gobierno regional y no del ayuntamiento.

"El Palacio de Congresos no es una prioridad para una ciudad como Plasencia, que tiene otras necesidades mucho más importantes, pero tampoco podíamos actuar de forma irresponsable y dejar que se perdiera toda la obra civil que estaba ya realizada de la pasada legislatura", asevera.

En este sentido, reconoce que si él hubiera sido alcalde cuando este proyecto nació, le habría dicho a la Junta de Extremadura que "prefería" el arreglo integral de la avenida de Martín Palomino que la construcción de un palacio de congresos, a la vez que ha criticado la ubicación que finalmente se dio al edificio.

No obstante, el regidor municipal dice que, a la conclusión de las obras, el consistorio "acogerá esta infraestructura como un instrumento que puede dar beneficios a la ciudad".

La edificación del futuro Palacio de Congresos de la capital del Jerte dio comienzo en octubre de 2006 bajo la dirección de los arquitectos José Selgas Rubio y Lucía Cano Pinto, autores, a su vez, del Palacio de Congresos "Manuel Rojas" de Badajoz.

El emplazamiento propuesto para la construcción del nuevo edificio, que tiene una superficie de 11.338 metros cuadrados, se sitúa en la avenida de Salamanca, anexo al solar donde se ubica el recinto ferial, en la zona de El Berrocal.

El edificio que se ha levantado recuerda a un barco anclado en un puerto y en su construcción se juega con los colores naranja, verde agua y plata, así como con la luminosidad de materiales ligeros y traslúcidos.

El palacio, de estética futurista, estará preparado para diferentes usos -auditorio, teatro, ópera, congresos- y contará con dos grandes salas modulables, equipadas con 900 y 300 butacas, respectivamente, además de un recinto expositivo de 1.500 metros cuadrados, y un restaurante.