La posibilidad de contar con la pinacoteca del Salón de Otoño de Caja Extremadura, después denominado Obra Abierta, se contempla desde hace años en la ciudad. De hecho, la entidad llegó a comprar el antiguo convento de Las Carmelitas, en la plaza del Salvador, para rehabilitarlo y que funcionara como sede. Pero con la crisis y la fusión de las cajas de ahorro, el proyecto se paró y nada se ha vuelto a saber. Ahora, tanto el ayuntamiento, como particulares que estuvieron vinculados a la entidad y su Obra Social han pedido la vuelta de la colección para su exposición permanente.

Según ha explicado el alcalde, hace unos meses se reunió con estos particulares y le pidieron su intervención para poder contar finalmente con la colección. Esta semana, Fernando Pizarro se ha reunido con responsables del Patronato de la Fundación Bancaria Caja Extremadura, la heredera de la Obra Social, y ha hecho esta misma reclamación a su presidenta, Pilar García.

«Que las obras vengan a Plasencia y sea posible exponerlas»es lo que ha pedido el ayuntamiento. Pizarro calcula que pueden sumar en torno a 250, a razón de media docena al año por los 40 años de existencia del certamen, que primero fue de pintura, para incluir después un premio de escultura y terminar ya como Obra Abierta, donde todas las artes plásticas tienen cabida.

Se trata por tanto de «una de las colecciones más importantes de arte contemporáneo de ámbito nacional, no obstante, ha sido el concurso de pintura mejor dotado económicamente de España». ¿Dónde se encuentra actualmente? Según Pizarro, las obras están repartidas entre el auditorio Santa Ana, despachos de los servicios centrales placentino, el Mayoralgo en Cáceres y la sede central cacereña.

«Todas esas obras tienen un hilo conductor, que es el premio, y forman un patrimonio emocionalmente ligado a Plasencia, por tanto, reivindicamos esa colección». Así se lo ha transmitido el alcalde a la presidenta del Patronato verbalmente y así lo hará también en breve por escrito.

El ayuntamiento se ha prestado a «buscar fórmulas, posibilidades expositivas permanentes» y el alcalde asegura que las hay, luego se trata de un proyecto factible. Recuerda además Pizarro que, tras la fusión de las cajas y la separación entre la entidad y la fundación, «desaparecen todas las ayudas de la Obra Social en la ciudad, para la UNED, para el Alkázar...» y subraya que «la fundación debe velar por la buena conservación de su legado».