¿Quién no se acuerda de los platos que hacían las abuelas antiguamente? El que quiera refrescar la memoria está invitado al restaurante del hotel Alfonso VIII, que celebra hasta el domingo su primera jornada de gastronomía-vasco extremeña con menús basados en las recetas más tradicionales.

"Queremos dar a conocer cómo se comía en Extremadura y en el País Vasco hace 100 o 150 años". Lo dice Carlos González, chef del restaurante, que se ha traído a Plasencia a su amigo y chef vasco Ibón Zabala. Este --que viene del restaurante La Vieja Bodega, de Casalarreina (La Rioja)-- está encantado con su regreso: "Vuelvo con mucho gusto porque ésta es como mi segunda casa y me encantó la idea de preparar la cocina vasca de toda la vida".

Carlos se basa en la cocina pastoril, destacando la sopa entomatada de sangre de cordero o El cogondongo. En sus menús extremeños también incluye la ensalada hurdana de limón, el bacalao de vigilia del monasterio o los huevillos.

En el caso de Ibón, se ha traído de su tierra todos los productos y ha querido ser tan fiel a la cocina tradicional que ha preparado una receta de su abuela, la sopa de pescado y destaca los platos de pescado porque "los voy a hacer tal y como se hace en las parrillas".

En sus menús no faltarán las alubias de tolosa, el txangurro donostiarra, el bacalao a la vizcaína o el cordero al chilindrón. Hasta el domingo, habrá dos menús diarios de cocina vasca y extremeña a 30 euros por persona. El propósito de Jesús Dávila, director del hotel, es "que la gente salga satisfecha de haber conocido un tipo de cocina que no suele ser habitual y que va a las raíces".