«¿Cómo queremos que sean nuestros alumnos? En la respuesta está lo que hay que enseñarles». Lo afirma la placentina Cristina Valdera, directora del Centro Nacional de Desarrollo Curricular en Sistemas No propietarios (CeDeC), que tiene su sede en Mérida. Su trabajo y el de su compañera Lola Alberdi, jefa de servicio, consiste en diseñar, crear y difundir recursos educativos abiertos, es decir, materiales digitales para la docencia que pueden ser reutilizados y modificados.

Se trata es de proporcionar a los docentes nuevas metodologías en las que «el alumno es el protagonista del aprendizaje y el profesor es un guía» y todo para que desarrollen competencias básicas como «saber hablar en público, trabajar en equipo, fomentar la autonomía y el pensamiento crítico...»

En su opinión, los contenidos curriculares son importantes, pero hoy en día deben ir acompañados del desarrollo de competencias como «cómo buscar trabajo, cómo solucionar un problema, cómo trabajar de forma cooperativa o cómo discernir entre la información válida y la que no lo es». Es el presente y el futuro.

Porque todo es digital, es decir, los recursos que ofrecen se descargan, de forma que los docentes pueden aplicarlos a su aula para que los alumnos aprendan un contenido curricular y desarrollen ciertas competencias.

Valdera ha trabajado en varios institutos y confiesa que solo en sus inicios utilizó los libros. «Después, estaban en la clase como consulta». Considera que hay contenidos que es necesario memorizar, pero defiende que el libro de texto «es un recurso más, pero no debe ser el único porque limita los contenidos, las competencias, la creatividad del docente y de los alumnos. Puedes explicar el contenido de otra forma, adaptarlo», explica.

¿Cómo? Haciendo al alumnado parte activa en su aprendizaje, por ejemplo con Aprendizaje Basados en Proyectos. Aclara que esto no es lo mismo que impartir teoría y práctica, sino que en este tipo de aprendizajes, «propones un reto a los alumnos y ellos aprenden según investigan. Trabajan las competencias a través de un proyecto» y destaca que los métodos de evaluación deben ser distintos porque «se realizan a lo largo del proceso, para ir acompañando a los alumnos en el aprendizaje. Si se realizaran solo al final, no les ayudaría a aprender».

En auge

¿Los centros educativos de la región usan estas nuevas metodologías? Según Cristina Valdera, en Extremadura «hay de todo, pero cada vez más gente interesada e implicada. Se está produciendo un incremento exponencial porque es una cadena».

Porque los profesores que los utilizan los comparten y «hay una red de centros en contacto entre sí» y en Twitter. Además, tanto el Ministerio de Educación como la Junta de Extremadura, de los que depende el CeDeC, «lo fomentan y potencian y eso ayuda mucho».

A los docentes que todavía están indecisos sobre el uso de estas metodologías, les invita a entrar en el proyecto EDIA, donde «hay muchos recursos ya creados y los pueden adaptar».

¿Y realmente funcionan? «La gente que ha usado nuestros recursos dice que alumnos y profesores están muy satisfechos», de hecho, resalta que fomentan «la motivación del alumnado. Suelen ser aprendizajes más relacionados con la realidad y se les quedan más. Cuando aprendes haciendo, se te queda».