TAtmparo Herrero, profesora del IES Valle del Jerte, se jubila. Ha estado con nosotros 21 años, impartiendo Historia a los chicos. Una Historia que nos enseña a todos que vivimos en el tiempo y que este además procede de otro que ha ido conformando el que nos toca vivir.

Una Historia, que --contra lo que creíamos cuando estábamos en los pupitres-- tiene su subjetividad y cambia según quien la escriba y hay que saber descifrarla. Esa Historia que concebimos grande, porque está en los libros, se hace de mucha intrahistoria menuda, Amparo, a pesar de jubilarse ya en Abril, no quiso dejar a sus chicos de 2º de Bachillerato en la estacada y los ha seguido dando clase, a pesar de que podría haber descansado muy cómodamente en casa, son detalles que compensan otras tantas desconsideraciones que achacan a los profesores.

El tiempo que nos ha tocado vivir, no es cómodo, como casi nunca lo ha sido, es ley que aprendemos poco a poco, y cuando ya tenemos los temas sabidos, toca retirarse; son muchas ya las despedidas de compañeros, en pocos años hemos despedido a diez (y alguno se ha ausentado del todo), así que el hueco se está haciendo muy grande. Le deseamos a Amparo lo mejor, tiene la suerte de saber que lo ha hecho bien, entre los que solíamos abrir las mañanas en el Instituto estuvimos muchos años, Mati, Amparo y yo, ahora ya estábamos en otros horarios, pero recordaremos la mesa redonda de la sala de profesores --¡no se llama de otra manera!--, las guardias a la puerta, el panda blanco, personaje singular --como el cuatro ele de Diosdado- en el aparcamiento. Aquella buena planificación de nuestra excursión a Burgos-

Ahora toca la HISTORIA propia, y esta mejor que tú no la va a escribir, ni a explicar nadie, vívela y disfrútala.

* Artículo escrito por la profesora Ana Reviriego