La auditoría externa encargada por el Ayuntamiento de Plasencia sobre la situación del servicio de autobús urbano le ha dado la razón a la cooperativa Los Arcos, adjudicataria de su gestión desde el 2012 y que viene registrando pérdidas desde el confinamiento hasta el punto de plantearse el cierre del servicio. Según ha desvelado el alcalde, Fernando Pizarro, ha detectado un desequilibrio «importante», de unos 85.000 euros.

La cooperativa ha solicitado una ayuda económica al ayuntamiento, sin embargo, este no puede darla si no se ajusta a las condiciones del pliego de adjudicación en cuanto a desequilibrios por causas justificadas. Esto es precisamente lo que los técnicos municipales están estudiando ahora, si esta circunstancia se ajusta el pliego. Si esto es así y todo parece indicar que lo será, «a partir de ese momento nosotros estaremos en la posición de ayudar».

Según ha explicado el alcalde, habrá que calibrar también el volumen de la ayuda y, entonces, se llevaría a cabo una modificación de crédito.

A su vez, Pizarro ha avanzado que, dado que las restricciones por el covid continúan, entre ellas las reducciones de aforo, «habrá que plantear en el presupuesto del 2021 la continuación de las ayudas a este servicio».

Eso sí, ha advertido que, para conceder la ayuda, «los servicios que presta la cooperativa tienen que estar al 100%, si no, no podríamos darla».

Según sus cálculos, el autobús ha pasado de tener unos 50.000 viajeros mensuales a no superar los 2.000. Según ha venido haciendo público la cooperativa, en abril bajó a 4.680 viajeros, en mayo, la cifra se dobló, hasta llegar a los 9.599 y en junio, siguió subiendo hasta los 10.495. En julio, pasaron a 11.000 y en agosto bajó de nuevo hasta los 9.700. Todas cifras insuficientes porque la cooperativa considera que para que sus 13 trabajadores puedan cubrir costes y no perder dinero, «tendríamos que estar sobre los 50.000».

Por comparar, antes del covid, sumaban casi 10.000 a la semana y terminaron el 2019 con más de 625.000 usuarios.