Una de las recomendaciones para evitar el covid es no permanecer en espacios cerrados. El colegio de San Gil, entidad local menor dependiente de Plasencia, se lo ha tomado al pie de la letra y habilitado una zona contigua al patio para que sus alumnos puedan dar clase al aire libre. Se compone de dos merenderos con asientos plegables, una pizarra magnética y una sombrilla orientable, todo por 1.345,95 euros.

La han bautizado como el aula natural y la utilizan un total de 16 alumnos, por turnos. Como explica la alcaldesa, Esther Sánchez, el colegio cuenta con dos aulas de 70 metros cuadrados y una tercera de 17 metros, esta para tres niños de Infantil. En la primera, reciben clase 8 niños de primero, segundo y tercero de Primaria y en la segunda, otros 8 de cuarto, quinto y sexto. Estos 16 son los que se turnan para salir al aula natural.

El ayuntamiento ha corrido con los gastos y la alcaldesa explica que la idea del aula natural ha sido “de los propios niños” porque, a raíz de un proyecto Junior Emprende que les concedió la Junta y donde trabajaron en el exterior, en un huerto, “se les ocurrió que se podría dar clase en el exterior” y es lo que han puesto en marcha este curso como medida preventiva frente al covid. Eso sí, cuando empeore el tiempo, volverán a sus aulas.

El ayuntamiento, además de comprar el material escolar para todos los alumnos, les ha facilitado también este curso mascarillas y gel hidroalcohólico y ha dividido el patio en tres secciones, una por clase, para que los niños no se mezclen.

Sánchez ha mostrado el aula natural a través de las redes sociales y tanto ella como el centro han recibido llamadas de profesores y asociaciones de madres y padres de ciudades como Mérida y Badajoz interesándose por la iniciativa.