Tienen que tener los guantes puestos «a las ocho de la mañana porque, si nos pasamos diez minutos, ya vamos tarde todo el día». Es un ejemplo de la carga de trabajo que tienen a diario las auxiliares de enfermería del centro residencial los Pinos, que acoge a personas con alzhéimer. Afirman que es el centro dependiente del Sepad con más bajas de auxiliares, por agotamiento y lesiones causadas por el peso que deben cargar y también donde más traslados se solicitan. En su opinión, todo se solucionaría con un aumento de plantilla.

«No pedimos un aumento de retibuciones, pedimos personal para atender a nuestros residentes con más calidad si cabe», subrayan. Porque replican a la Consejería de Sanidad que, al contrario que en otros centros del Sepad, en Los Pinos «no se han generado plazas de nueva creación para reforzar las plantillas del colectivo de auxiliares», ni tampoco se reforzaron con personal de producción en noviembre y diciembre. «Tan solo se ha creado una plaza, a media jornada y para dos plantas de residentes».

Así, el turno de mañana tiene una ratio de 12 pacientes por cada pareja de auxiliares, 16 el turno de tarde y los fines de semana y festivos. Durante la noche, «hay una pareja para 48 residentes y tienes que estar en las guardias, cambio de pañal, medicación y alimentación».

Inciden en que el tipo de paciente al que atienden no tiene las mismas características que en otros centros y, de hecho, «puede cambiar mucho en quince días». Por eso, reclaman que la ratio se actualice y no «desde un sillón», sino «a pie de cama, para comprobar si lo que demandamos es tan imposible de cumplir».

ÚLTIMO RECURSO / Deben trabajar con grúas; no hay baños en las habitaciones y van corriendo con palanganas; tienen que bajar de planta para pesarles; llevarles a tratamiento de fisioterapia, con terapeutas... «Estamos para todo». Por eso, ven urgente la necesidad de ampliación de plantilla y proponen un mínimo de cuatro auxiliares más por planta.

Ya lo han solicitado a la dirección, que «nos ha apoyado bastante» y a la gerente del Sepad, pero al no obtener resultados lo hicieron público. Por eso decidieron hablar con el alcalde, pero, ante la respuesta de la Junta, piden «que una cosa tan seria como es la atención de unas personas con este tipo de enfermedades no se politice». En torno a una decena no verá la solución porque han pedido el traslado a otros centros. «Este es un centro de paso, no para jubilarse. Si mejorara, me quedaría».