La antigua hospedería La Serrana de Piornal resurge tras años de abandono y desuso gracias a un nuevo proyecto.

Situada a 20 kilómetros del pueblo más alto de la región y con casi 30.000 metros cuadrados de superficie, la finca alberga un huerto, jardín y una parcela de masa boscosa, además del edificio dedicado a dicha hospedería que, como un caserón en el que hasta el fantasma de la Serrana de la Vera podría deambular por sus habitaciones, ha permanecido cerrado desde el 2013 y en la actualidad, presenta un evidente deterioro y falta de cuidados.

Mi memoria me recuerda el tiempo que pasé allí con ocho añitos, cuando el enclave contenía un albergue infantil dedicado a acoger las antiguas residencias de verano dependientes de la Junta de Extremadura, en las que algunos tuvimos la suerte de participar. Ya ha llovido, pero aún me acuerdo del monitor que me enseñó a nadar, un tanto tímida con mi bikini azul marino con detalles blancos. También allí por primera vez eché de menos a mi familia, pues hasta ese momento no me había separado de ella, quienes, gracias a la cercanía y mi sorpresa, acudieron a visitarme el Día de los Padres, cuando me abalancé corriendo al verles aparecer en el Renault 4 blanco familiar, feliz de verles.

Aunque no todos son buenos recuerdos, pues también entonces, durante una de las cenas, descubrí el sabor de las salchichas Frankfurt que desde ese momento tanto detesto, frías y sin alguna salsa que aderezara su textura y que, aún hoy, sigo aborreciendo. Experiencias grabadas en mi disco duro que contribuyeron a forjar quien soy.

Próximamente, la luz volverá a entrar por esos ventanales y el lugar recuperará la vida que nunca debió perder, gracias a la adjudicación por 1,4 millones de euros (180.000 euros menos de lo licitado), que la Diputación Provincial de Cáceres va a emplear en las reformas del inmueble, para procurar su adaptación a la normativa actual y así, convertirla en un hotel de tres o cuatro estrellas. Y todo esto ha de realizarse antes de 10 meses, si la ejecución del proyecto sigue el curso que figura en el pliego.

Sin duda una buena noticia para el sector turístico de la localidad, el Valle del Jerte y las comarcas circundantes, que se beneficiarán del flujo de turistas. La Serrana es ejemplo de que, en ocasiones, hay que morir un poco para renacer con más fuerza.