El olor a pollo en la calle y las denuncias de los vecinos han llevado al ayuntamiento a decretar el cierre del asador de pollos de la Puerta del Sol tras varios requerimientos incumplidos aunque su propietario asegura haberlo corregido con la instalación de un depurador electrónico y ha roto el precinto hasta dos veces con el argumento de que tenía que agotar las existencias.

Primero fue el jueves, luego el viernes y ayer seguía abierto así es que el ayuntamiento ha decidido recurrir a la vía judicial. Pero el afectado apela a que no podía echar a perder la mercancía. "Esto no es una zapatería, nuestras existencias son perecederas y así se lo dije al ayuntamiento la semana pasada, pero mañana (por hoy) cerramos", explicó Florencio García con la confianza de llegar a un acuerdo con la alcaldesa en la cita que ha pedido para hoy.

Pero el ayuntamiento se basa en que el titular ha desoído por dos veces los requerimientos municipales para corregir la emisión de olores a la calle y que el depurador electrónico instalado no sólo no ha solucionado el problema, sino que ha creado otro por el ruido que genera. Lo que niega el afectado, que asegura que cumple su función y está insonorizado. "Esto es una injusticia porque yo no estoy ilegal, que tengo licencia, y he puesto un aparato en el plazo que me dieron que me ha costado 9.000 euros y está dando resultado".

Para el ayuntamiento su actitud es desafiante y hasta la policía local estudia poner una denuncia por desobediencia a los agentes de autoridad. "Abrió sin licencia en la legislatura anterior y ni ha corregido la situación" insistió la portavoz del gobierno municipal.