La liquidación del último presupuesto municipal de José Luis Díaz en el 2003 ha arrojado un remanente de 2,4 millones de euros de libre disposición que el gobierno de Elia Blanco todavía no ha decidido dónde gastar aunque el portavoz y concejal de Hacienda, Pablo Sánchez del Mazo, avanzó ayer que se repartirá entre las distintas concejalías "para gastos generales".

El remanente es el dinero que queda en las arcas municipales descontado lo que el ayuntamiento debe y lo que le deben en cada ejercicio. En realidad el del 2003 ha sido mayor --hasta 7,6 millones-- pero cinco de estos son gastos comprometidos aunque sin ejecutar y algunos se arrastran de años atrás como son las expropiaciones de la muralla, la piscina de San Miguel, la rehabilitación de los Arcos de San Antón o proyectos del Plan de Excelencia Turística.

A lo que se agarró ayer el portavoz municipal para negar que sea un buen resultado económico cuando el gobierno del PSOE ha venido manteniendo el discurso de que se había encontrado un ayuntamiento sin fondos. Si bien hay que tener en cuenta que el 90 por ciento de las inversiones del 2003 --ejecutadas o aún pendientes--se comprometieron con cargo a un crédito de 1,8 millones.

Por otra parte, de los 2,4 millones sobrantes y de libre disposición, más de 200.000 euros deberán destinarse a pagar más facturas extrapresupuestarias del 2003 para evitar que los acreedores vayan al juzgado.