Plasencia tiene un problema con los vertidos ilegales de escombros y residuos. Los datos lo demuestran porque, solo el año pasado, el ayuntamiento localizó un centenar de estos vertidos. La Concejalía de Servicios Municipales está concienciada con la necesidad de que desaparezcan, por eso, a instancias de esta delegación, existe un protocolo de actuación y el último paso es la sanción.

Sin embargo, el edil Luis Miguel Pérez Escanilla señala que es difícil localizar a los responsables, de ahí que el número de sanciones esté lejos de la cantidad de vertidos. Según la información de la Concejalía de Interior que dirige David Dóniga, en 2019 se tramitaron un total de ocho expedientes por este motivo, que finalizaron en sanción.

La mayor fue una que alcanzó los 3.000 euros; otra fue de 1.000 euros y las seis restantes se sancionaron con 901 euros cada una. Este año ya hay dos expedientes en tramitación, uno por vertido de material informático, pendiente de sanción, pero que será «grave o muy grave» y otro por vertido de escombros, que será de 901 euros.

Es la brigada verde la que mayoritariamente localiza los vertidos y también la que los retira. La UTE de limpieza y la Policía Nacional en un caso también detectaron vertidos el año pasado.

Como señala Pérez Escanilla, se sitúan habitualmente en las mismas zonas: el camino vecinal de Jaraíz, la antigua carretera de Montehermoso, la antigua carretera a Malpartida, el Camino de la Pared Bien Hecha, el puente San Lázaro, el Camino de las Huertas, el polígono y barrios.

Pero también se han encontrado colchones en el canal de la Isla y restos de botellón frente a este parque. No obstante, en su mayoría se arrojan escombros, basura, electrodomésticos como frigoríficos, televisores o aires acondicionados y han aparecido hasta bidones de aceite, sacos con cables, neumáticos, maniquíes y todo tipo de enseres.