Aprimeros de año, la Confederación Hidrográfica del Tajo inició una tala o apeo de árboles de las riberas del río solicitada por el ayuntamiento en base a un informe que hablaba de más de 300 árboles muertos o enfermos y advertía de un «inminente riesgo de desplome». Se realizó una primera fase de tala y, en abril, se anunció una parada biológica para continuar en septiembre. Pero esta segunda fase no ha llegado a realizarse y el ayuntamiento va a llevar a cabo otro inventario de árboles secos o muertos porque «siguen secándose árboles», en palabras del concejal de Medio Ambiente, Luis Miguel Pérez Escanilla, y la intención es actualizar el inventario.

De hecho, desde abril, la brigada verde ha ido señalando los árboles de la ribera que estaban en malas condiciones y que pueden suponer un peligro para los paseantes y ciclistas que utilizan habitualmente los paseos de las riberas del río.

El ayuntamiento ya se quejó en su día de la «inacción» de la CHT y exigió la limpieza del río también por el peligro de desbordamientos. Ahora, busca soluciones para la segunda fase de la tala, que iba a ir acompañada de una reforestación, pero según indicó ayer Escanilla, esta la harán al final los alumnos del taller @prendizext, en las zonas donde se necesite porque «el propio río nos dice que no hace falta porque se está regenerando sola».