Hasta doce antiguas alumnas del colegio de Las Azules han renunciado este verano a sus vacaciones para ejercer de misioneras en un hogar para niños de la calle en una zona marginal de México y en la residencia madrileña donde pasan unos días de recreo los niños desfavorecidos que atienden las religiosas durante el curso escolar en distintos puntos del país. Todo un ejemplo el de estas jóvenes universitarias placentinas.