Después de meses de trabajo, la delegación placentina del Banco de Alimentos de Cáceres, comenzó a funcionar ayer. Su nave, situada en Martín Palomino, en las traseras del Hotel Los Alamos, acogió el primer cargamento de alimentos y el lunes, llegarán 30.000 kilos más para repartir entre 2.500 y 2.700 personas necesitadas de la ciudad y las comarcas del norte.

El portavoz de los 17 voluntarios que han hecho posible abrir esta delegación, Cecilio Marcos, mostró su satisfacción: "Hoy es un día grande, que llega después de muchos esfuerzos. Aquí estamos para alimentar a las personas que tengan hambre".

Pero otro voluntario, Juan Carlos López, recordó que el banco no repartirá alimentos a particulares. Lo hará, según Marcos, a veinte entidades, que a su vez los distribuyen entre personas necesitadas. Además, esta delegación abre la puerta a que otras asociaciones puedan beneficiarse al no tener que trasladarse a Cáceres para recibir la comida.

El primer camión, con harina, alubias y garbanzos, ha llegado desde Zaragoza y el lunes llegará otro de Burgos con todo tipo de alimentos. El Banco de Cáceres canaliza todos los repartos y da el visto bueno a las entidades y personas beneficiarias, según ha explicado Marcos.

Este subrayó además que los productos son fruto de donaciones del Fondo Europeo de Garantía Agraria, de asociaciones privadas y de grandes superficies comerciales, pero también pueden entregarlos los particulares, basta con "llamarnos por teléfono; venir a la nave o avisarnos para que vayamos a recogerlo".

Además, Abdón García ha donado la nave de Martín Palomino donde se recibirán los alimentos; Reco SL ha aportado una furgoneta y el ayuntamiento ha dado 5.000 euros, invertidos en la compra de un toro mecánico.

Los particulares también pueden realizar donaciones en metálico a través de números de cuenta abiertos en Caja Extremadura, Bankia o Caja Rural de Extremadura, pero también pueden hacerse socios y aportar una cantidad mensual, trimestral o anual, que también irá a parar a una de estas cuentas. Para ello, hay que rellenar el folleto de domiciliación bancaria con el que cuentan los voluntarios.