Hoy comienza la segunda fase de la IV Feria de la Tapa con el protagonismo fijado en los bares inscritos del centro. Así, estos ofrecerán hasta el domingo las 59 variedades gastronómicas que tienen preparadas para que degusten placentinos y visitantes y que se sumarán a las 51 tapas que ya cataron los ciudadanos en los bares de extramuros entre los días 27 y 30 de septiembre.

La novedad de la concejalía de Turismo en la presente edición, que ha decidido dividir la feria en dos fines de semana y en dos escenarios diferentes, ha sido muy bien acogida por los hosteleros "ya que ha habido mucha gente durante estos cuatro días y es que se ha notado que no participaban los bares de la plaza ya que mucha gente se va allí y luego les cuesta moverse a otros sitios", explicaba Jesús Dávila del bar Loren, establecimiento situado en Rosal de Ayala. A esta opinión también se sumó el bar Navalinda, quien destacó el aumento de clientela en su local durante los días de la feria, y, en general, en el barrio de Miralvalle.

Pero ahora el turno es de los hosteleros del centro quienes ofrecerán, entre otras tapas, molleja en salsa, berenjena rellena de queso, canutillos de morcilla, empanadillas caseras, caracoles, tortilla, pastel de verdura con ali-oli, estofado placentino, croquetas de perdiz estofada con boletus o brochetas de magro a la salsa de higos.

Entre estas y 49 aperitivos más, los clientes tendrán que decidir cuál es la tapa más sabrosa; la más original e innovadora; la que tiene mejor presentación; la que cuenta con más productos típicos y también valorarán al establecimiento que ha contado con mayor variedad de tapas y el que las ha servido con más arte. En cada una de estas modalidades, el ganador obtendrá un premio de 600 euros y, aquellos que presenten su voto en la oficina de turismo --que representará el 50% del resultado final que se unirá al 50% del voto del jurado profesional-- entrarán en un sorteo en el que podrán conseguir un viaje de fin de semana, un circuito hidroterapéutico o termal para dos personas en el Balneario Valle del Jerte o una cena para dos en hotel Alfonso VIII.