Los vecinos del Berrocal están tan indignados que apenas se atreven a abrir las ventanas por el hedor que desprende la basura de la feria todavía sin recoger. Desde el martes siguen acumulados cientos de botellas, vasos y suciedad que parecen más los restos de un macrobotellón bajo la estructura de la carpa joven. La edil Carmen Blázquez dio ayer un ultimátum a sus adjudicatarios: o lo limpian esta mañana o lo hará hoy mismo a su cargo la empresa de la limpieza.

También la concejala manifestó ayer su indignación por la visión que ofrece el Berrocal tres días después de la feria, aunque excluyó el recinto de los cacharritos porque explicó que la concesionaria no acabará de limpiarlo hasta que se desmonten todas las atracciones si bien lo hará con ayuda de operarios municipales y del personal que, por convenio, debe aportar la empresa adjudicataria del ferial.

A los vecinos les da igual quién debe hacerlo o si ha habido descoordinación, pero ayer estaban muy molestos.

"A ver si desde el martes no han tenido tiempo de quitar por lo menos lo más gordo. Quién se atreve a abrir las ventanas con lo mal que huele". A pleno sol y con las altas temperaturas es inevitable el hedor tan desagradable.