Los ateneistas se encontrarán en su batida de limpieza con la concejala del ramo, Carmen Blázquez, por poner un ejemplo, con una bienvenida al turista propia del Plan de Excelencia Turística : contenedores abiertos rebosando la basura con bolsas a su alrededor a la puerta de la oficina de turismo como muestra la imagen tomada ayer en Las Claras mientras un turista hace una foto con la catedral de fondo. Y no es que esto mismo no pase en los barrios, pero nuestro centro histórico es nuestro escaparate al turismo.

A diario y desde que cierran los comercios, el turista también se puede topar en los soportales de la plaza o calles tan céntricas como la comercial calle del Sol con montones y montones de cartones mientras el sector sigue reclamando que se adelante la recogida para evitar estos espectáculos. También es cierto que ser cívico y vivir en el centro parece incompatible a no ser que uno se monte la basura en el coche para ir en busca de los contenedores amarillos.

El hedor que dejan los orines en la plaza de Sosa y las calles de alrededor se hace insoportable por no decir de los dichosos excrementos de perro que uno pisa porque otros no recogen. Problemas y problemas todavía sin solución.