Sólo tres días han bastado para terminar con el vertido de aguas fecales que sufrían vecinos y empresarios de las calles Zapatería y Arenillas desde hace más de un año. Una vez averiguado el origen, un atasco en las tuberías del edificio que hace esquina con ambas calles, una empresa privada no ha tenido más que introducir una manguera y succionar hasta dejar de nuevo libre de obstrucciones la red de saneamiento.

De esta forma, ya es posible recorrer la calle Zapatería sin sufrir el hedor que salía de Arenillas desde hace más de un año y que se intensificó en verano al brotar las aguas fecales a la vía pública hasta por dos puntos distintos. La Concejalía de Obras ya advirtió entonces de que el vertido no procedía de la red municipal, por lo que se trataba de "un problema privado", pero proporcionó un tinte rojo a los residentes para averiguar su origen.

Antes de Navidad, se descubrió que el vertido era consecuencia del atasco de las tuberías situadas en un edificio particular, por lo que la edil de Obras, Mónica García, instó a sus propietarios a acometer las obras nada más terminar las fiestas. Así se ha hecho y, según señaló ayer el responsable de Casa Juan: "Han tardado tres o cuatro días en desatascarlas. Sólo han tenido que meter una manguera e ir absorviendo".

RED INTERCOMUNICADA Esto contrasta con los cerca de quince meses que han durado el vertido y los malos olores. Pese a ser un problema particular, ha sido el actual equipo de gobierno el que ha tomado cartas en el asunto. La concejala señaló ayer: "El ayuntamiento ha mostrado interés en resolver el problema, pero antes había pasividad por todas las partes".

El caso es que ahora los vecinos tampoco verán más como las aguas fecales rebosan por el cuarto de baño. Aún así, han advertido de que el problema se ha agravado porque toda la red de saneamiento del inmueble está intercomunicada, de forma que el atasco en una tubería ha afectado a todas las demás. Ahora, estudian llevar acometidas individuales a la red general.