Si bien es cierto que hace años que la policía local no realiza controles masivos de los tubos de escape trucados, no lo es menos que su campaña de control del uso del casco reglamentario está dando resultados. Cada vez es menos frecuente en las calles placentinas la estampa del motorista circulando con la cabeza al descubierto. Lo que demuestra que el bolsillo es un arma disuasoria eficaz habida cuenta de que la multa mínima es de 48 euros. Esto si el conductor o el ocupante llevan el casco, pero no en la cabeza sino del brazo o guardado porque se le sanciona, pero no se le inmoviliza el vehículo.

Pero sí en el caso de que ni siquiera disponga del preceptivo casco, con lo que deberá pagar 16,50 euros más por la tasa de la grúa si quiere recuperarlo y por cada día que pase en el depósito municipal de Capote otros 4,10. Estos controles se realizan periódicamente en las avenidas más transitadas y ahora sobre todo de camino a las pistas de verano. Según los partes de la policía local, en lo que va de año se han sancionado a más de 150 conductores por no llevar puesto el casco y 22 vehículos han sido inmovilizados. Sirva como referencia del descenso que en todo el 2002 se inmovilizaron hasta 299 ciclomotores.