Canto, baile y teatro. Esas eran las modalidades que se podían elegir en los talleres organizados por la compañía Y de repente teatro y que terminan mañana, después de dos semanas de intenso trabajo y sobre todo aprendizaje, que era la máxima que tenían estos talleres. 30 alumnos han participado y han podido aprender de profesionales como Omar Antón, Alejandro Gil y Carlos Delgado.

El balance que hacen desde la compañía es «muy positivo», señalaba Olivia Valiente, la presidenta de Y de repente teatro. Pero no por el hecho de haber tenido 30 alumnos y haber superado las expectativas, «sino porque los alumnos han venido con ganas de aprender y experimentar, con una actitud de taza vacía y absorber todos los contenidos, además de una involucración total por su parte y así es como da gusto trabajar», sentenciaba la presidenta.

30 alumnos repartidos en tres talleres. El primero fue el de cante, durante un fin de semana con Omar Antón, que enseñó numerosas técnicas sobre cante moderno. «Ha habido una piña estupenda entre los asistentes y ha sido todo muy familiar», reseñaba Olivia, quien también anunciaba que este taller se repetirá en septiembre «porque ha gustado mucho y hay ganas de más».

Y luego comenzaron los de teatro, con Alejandro Gil, y el de baile con Carlos Delgado. «En el taller de teatro hemos tenido la suerte de poder contar con Alejandro, que ha venido con mucha fuerza y muchos juegos y con una forma muy sencilla de hacernos llegar a donde quería que llegaramos, que era conocer más sobre el mundo del teatro. Y en el de baile, pues es que con Carlos nos lo hemos pasado muy bien y las clases han sido muy amenas y divertidas», explicaba la presidenta de Y de repente teatro.

Un acierto

«Creo que hemos acertado haciendo los talleres por separado, porque siempre hay gente a la que le gusta cantar pero no bailar o interpretar o que le guste solo bailar o interpretar, y ha sido una manera de dejar a los alumnos que eligieran lo que quisieran o incluso, como es el caso, que se apuntaran a más de un taller», exponía Olivia. También consideraba que «este método es más efectivo» y que al no tener que hacer una representación final «pues hemos ido más a lo teórico, combinándolo con lo práctico, para aprovechar más todos los recursos».

Para Julián, uno de los alumnos del taller de teatro, la experiencia ha sido «buena, porque siempre se aprenden cosas nuevas y animo a la gente a que se apunte a estos talleres para la próxima vez», antes de añadir que «es una manera de perder la vergüenza y a mi me ha servido de mucho y, aunque he descubierto tarde el teatro, cada vez me gusta más».

Y para Ainhoa, una alumna del taller de baile y de teatro, también ha sido una «buena experiencia» y contaba que se lo había pasado «muy bien, porque no solo era llegar aquí y bailar, sino que también hemos aprendido temas de actitud a la hora de bailar y con ejercicios muy dinámicos y estoy segura que volveré a repetir al año que viene y además hemos hecho un grupo muy bueno».