Cualquier persona que no tenga los recursos económicos mínimos para atender sus necesidades básicas puede optar a la renta básica, ahora llamada rente extremeña garantizada y, en Plasencia, el año pasado fueron 378 los perceptores de esta ayuda de la Junta. «Prácticamente los mismos que en el 2018», según la concejala de Servicios Sociales, Flor Conejero.

Es un número similar también al de las familias que recibieron ayudas para pagar mínimos vitales como son agua, luz, gas y buano. En este caso, fueron 350 y se facturaron 56.800 euros de luz, 5.720 de agua, 5.600 de gas y 1.600 de butano. En total, prácticamente los 70.000 euros que condedió la Junta.

Este año, ha concedido 50.000, aunque Conejero ha señalado que se pueden ampliar a lo largo del año.

Lo que también subrayó es que la nueva renta básica ha incluido unas exigencias que considera acertadas, como la obligación de de acudir a convocatorias de empleo, asistir a cursos de alfabetización y tener escolarizados a sus hijos hasta los 16 años. «El empeño es que adquieran las competencias clave para evitar que vivan de esta renta y opten a planes de empleo».