Aún no hay nada decidido, pero lo cierto es que una vez que comiencen las obras de restauración de las fachadas y la sillería de la catedral, ésta tendrá que cerrar, bien de forma total al culto o sólo algunos espacios por fases, con lo que las misas podrían seguir celebrándose.

El Cabildo baraja ahora todas las posibilidades y ante la preocupación de los fieles, el vicario Virgilio Vegazo explicó que, aunque tuviera que suspenderse el culto, podrían habilitarse otros espacios, como la catedral vieja, para las eucarestías.

De momento, están a expensas de tratar la cuestión con los arquitectos del plan director del edificio --que precisamente estarán hoy en la ciudad para la recepción de las obras del enlosado-- y de que los ministerios de Vivienda y Cultura se pongan de acuerdo sobre qué obra empezará primero o si se harán las dos a la vez, ya que ambas tienen partidas presupuestarias consignadas para los tres próximos años. Según sus cálculos, los trabajos podrían comenzar en mayo o junio del próximo año.

LA EXPERIENCIA DEL RETABLO La catedral ya tiene experiencia en obras, como la que se hizo en el retablo mayor, y Vegazo también apuntó las actuaciones realizadas en otras catedrales del país para insistir en que todo es posible y a la vez tranquilizar a los devotos: "Algunas tuvieron que cerrar totalmente y otras por partes porque puede suceder que la mitad esté en obras y la otra, abierta. Con la obra del retablo, por ejemplo, se tapó y la catedral siempre estuvo abierta".

Lo más importante de los trabajos será la restauración de todas las fachadas interiores, que contempla rehabilitar desde las columnas a los paramentos o la bóveda: "Se trata de reconstruir las zonas que estén dañadas y devolverlas a su estado original", destacó Vegazo. Vivienda ha destinado a los trabajos cerca de 2 millones (500.000, en el 2006, 900.000, en el 2007 y 583.000, en el 2008), mientras que Cultura gastará medio millón (100.000, en el 2006, 300.000, en el 2007 y 100.000, en el 2008) en restaurar la sillería.