Un total de 2.097 viviendas del casco histórico han visitado los técnicos del colegio de aparejadores para elaborar el censo de casas vacías del centro que encargó el ayuntamiento. La edil delegada, Carmen Blázquez, explicó que, acabado el trabajo de campo, solo resta preparar un informe detallado con el objetivo final de que vuelvan a habitarse y así repoblar el centro.

Se cumplirán así los plazos que dio cuando en octubre comenzó la elaboración del censo a través de visitas casa por casa y gracias al convenio firmado con la fundación del colegio oficial de aparejadores y arquitectos técnicos de la provincia. Estos han tenido algunas dificultades con los vecinos que veían con recelo la visita, ya que los técnicos debían hacer un cuestionario y fotos interiores y exteriores, además de comprobar el estado de conservación de la vivienda. Pero según Blázquez, la mayoría de los vecinos han colaborado.

Ahora, incluirán los resultados en un informe, que contará también con cartografía y planos de la situación de las casas e información de si están a la venta o en alquiler para facilitar la llegada de nuevos vecinos. La edil calcula que lo tendrán listo en menos de un mes para exponerlo al público y su actualización le corresponderá al ARI.

Lo que no contempla Blázquez es imponer una tasa por tener una casa vacía, ya que "es muy difícil averiguar si está o no vacía, lo veo una decisión política a madurar mucho".