Después de casi quince años dializándose en una nave del polígono industrial, los enfermos del riñón estrenaron ayer unas modernas instalaciones situadas a menos de un kilómetro del hospital, en los bajos de la plaza del Olivar, detrás de los minicines. "Es un centro cinco estrellas", declaró un satisfecho José Antonio Lancho, el presidente de Alcer, la Asociación para la Lucha contra las Enfermedades del Riñón que tanto ha peleado por el traslado.

El cambio era necesario debido a la distancia que había del centro anterior al hospital, algo que provocaba ciertas reticencias entre los pacientes, sobre todo en casos de emergencia, y, en segundo lugar, por lo inapropiado de ir a dializarse durante cuatro horas, tres días a la semana, entre naves industriales y con auténticas barreras arquitectónicas que salvar. "¿Dónde se ha visto recibir el tratamiento en un polígono", insistió el presidente.

Además, los casi 70 enfermos no ganan sólo un centro digno y bien situado, sino también dos salas de diálisis más. "La calidad ya la tenían --indica un orgullosísimo Pedro Rodrigo --, médico del centro-- pero lo que no podíamos cambiar era el polígono". Fallido el intento de que el Servicio Extremeño de Salud o el ayuntamiento cedieran el solar, ha sido la empresa adjudicataria --Fresenius Medical Care-- la que ha hecho el gasto y ofrece un ATS por cada 4 enfermos cuando el SES obliga a un mínimo de cinco por profesional.