En la necesidad de comer también hay picaresca. Lo ha constatado el ayuntamiento y también los colectivos que se dedican a distribuir alimentos entre las familias que lo necesitan debido a sus dificultades económicas. Tanto es así que en torno a 100 familias reciben actualmente alimentos de varias oenegés.

El dato lo ha aportado Cecilio Marcos, portavoz de la delegación placentina del Banco de Alimentos de Cáceres y que ha participado en una reunión con la concejala de Servicios Sociales, Sonia Grande; la concejala de Familia, Mayte Díaz, y los colectivos que se dedican al reparto de alimentos, como Cruz Roja, Cáritas, la asociación evangélica Klesis y Afanortex.

Según explicó Marcos, la picaresca en este caso funciona de manera que "a lo mejor el marido se apunta en una asociación y la mujer en otra y un hijo y otro familiar en otra y así consiguen muchos alimentos que venden después en el mercado negro".

Esto sucede porque no hay una única base de datos de los beneficiarios de estos alimentos y porque, al dedicarse varios colectivos a esta tarea, no es difícil que se den estas duplicidades. Pero precisamente para evitarlas, ha tenido lugar esta reunión y el acuerdo al que se ha llegado es al de cruzar los datos para llegar a conseguir la creación de un fichero común.

Una tarea que llevará tiempo porque, solo la recién estrenada delegación local del Banco de Alimentos de Cáceres atenderá a una población de unas 2.500 a 2.700 personas, aunque también es cierto que muchas de ellas residen en las comarcas. El Banco, por ejemplo, sirve a Cáritas, con lo que ya tiene los datos de estos destinatarios.

Ahora tendrán que cotejarlos con los que manejan los servicios sociales del ayuntamiento y las otras asociaciones que reparten alimentos.

La idea es que las asociaciones faciliten esos datos a los servicios sociales del ayuntamiento, aunque siempre con el consentimiento del beneficiario -lo que podría dificultar la detección de quienes se están aprovechando de estas ayudas-- y que estos avisen después a los colectivos de los casos en los que se ha detectado duplicidad.

De esta forma, se podría ajustar más la oferta a la demanda de alimentos y llegar realmente a quienes los necesitan que, por la crisis, cada vez son más.