Personas a título particular y colectivos como Adenex y el Grupo Placentino de Montaña se han unido para reclamar que no se tale una encina ubicada en el monte Valcorchero de Plasencia, en la zona de la presa donde hay merenderos, en cuyo tronco se produjo un fuego la pasada Nochevieja. Quieren que «sirva de ejemplo de lo que no se debe hacer» porque podría tener unos 150 años y «tardaríamos todo ese tiempo en volver a tener una igual».

Lo afirma Jorge Vega, presidente regional de Adenex y portavoz del grupo de personas que han lanzado un SOS público para tratar de que la encina no se tale. Ellos proponen «una poda para descargarla de peso y evitar que pueda caerse y, a lo mejor, apuntalarla en algún sitio y señalizarlo por seguridad».

Actualmente, el entorno del árbol está precintado y sus protectores han formado con pequeñas piedras la palabra vida. Han hablado con el concejal de Medio Ambiente del Ayuntamiento de Plasencia, Sergio López, de quien Vega ha destacado que «ha mostrado muy buena predisposición para que no se tale».

De hecho, el edil explicó ayer que se habló con los agentes del medio natural de la Junta para que valoraran su estado, lo que uno ya hizo el martes. El ayuntamiento es partidario de «realizar una poda para rebajar peso y poder mantenerla» y la evaluación del agente de la Junta coincide porque, según señaló ayer López, «considera, como nosotros, que la encina no tiene un daño excesivo y puede mantenerse».

Traslado del merendero

Así, anunció que «en breve se harán trabajos para descargar peso de la copa con el fin de evitar una sobrecarga al tronco», mientras que el ayuntamiento trasladará un merendero que se encuentra justo debajo, por seguridad.

Lo que le ha ocurrido a la encina es que, en Nochevieja, alguien hizo un fuego en una oquedad del tronco. «Parece un acto vandálico, con un petardo o similar», ha señalado Vega. Afirma que estuvo días ardiendo y al echar los bomberos tierra para apagarlo hizo un efecto carbonera, que podría haber dañado «las propiedades físicas de la madera», es decir, lo que sostiene todo el árbol.

Según bomberos consultados, era imposible llegar con agua a todas las grietas y huecos de la encina, por eso, cavaron junto al árbol para sacar tierra húmeda y la echaron para evitar que siguiera ardiendo. Al día siguiente, otros compañeros acudieron de nuevo y echaron más agua.

Hasta la primavera no se sabrá si la encina ha sobrevivido, pero mientras, los promotores del SOS han organizado una jornada, Dibujos para salvar una encina. Será el domingo 12, a las doce, para sensibilizar sobre «la importancia de nuestro patrimonio natural».