Tres de los puntales de la feria lo tienen claro. Ha sido la más floja en años, salvo en toros, y las casetas, la hostelería y los feriantes urgen la revisión de un modelo de feria que en los últimos años ha venido dando avisos de decadencia. Aunque además de los festejos taurinos, la elección del cantante placentino Paco Arrojo como pregonero y el programa infantil han escapado también a la crítica general este año, primero en el que el lunes de resaca no era festivo.

La concejalía de Festejos se enfrenta al reto de abrir un debate social para la renovación de la feria aunque ayer fue imposible conocer el balance oficial por boca del concejal, Blas Raimundo. La supresión de uno de los dos festivos no ha evitado el éxodo playero de cientos de placentinos y entre otras cosas porque el sector de la construcción y afines descansó ya el jueves.

LA JUVENTUD Para muchos de los escapados a la playa los motivos son principalmente dos: que en temporada baja les sale más barato que disfrutar al completo la feria y la falta de alicientes. Quienes han notado con diferencia la menor participación han sido los feriantes, que se han quejado además de salir perdiendo con la decisión municipal de dar la concesión del ferial a una empresa mientras el público se queja de los precios de las atracciones. Pero también la hostelería del centro y Miralvalle, que en los últimos años había sido una alternativa a las cañas matinales, salvo el fin de semana gracias a los visitantes.

Los más jóvenes han demostrado un año más que no les interesa la feria tal y como se ha concebido tradicionalmente en Plasencia. Sólo el cañeo matinal prolongado hasta la tarde de pub en pub les convence y sobre todo concentrados en una calle de los vinos que ha vivido, sin embargo, su mejor feria. Pero han vuelto a dar la espalda en masa a las noches del ferial para volver a hacer el botellón en la Torre Lucía salvo los congregados en la caseta joven, lo que deja una puerta abierta al futuro.

No obstante, no ha existido una oferta juvenil como tal y tampoco el programa del teatro Alkázar ha convencido a los adultos, que echan de menos los conciertos tipo Mecano de su juventud y espectáculos teatrales más actualizados. Las tradicionales peñas de feria han registrado también bajas históricas y sirva como dato significativo que a las cuatro de la mañana apenas movieron público ni el sábado.