La Asociación de Comerciantes Zona Centro no ha esperado a reunirse con la concejala delegada de Limpieza Viaria para advertir a Carmen Blázquez de que no piensa pagar una tasa por la recogida de los cartones. La edil anunció el lunes que se va a reunir con los comerciantes para pedirles que participen en el coste del servicio de recogida selectiva que quiere poner a funcionar a partir de agosto.

"Es un impuesto revolucionario por estar en el centro que no pensamos pagar porque ya pagamos más que suficiente de impuestos y no es problema nuestro que no haya contenedores de papel en todo el centro". Así de claro se manifestó el presidente del comercio, José Luis Iglesias, quien desveló que hace seis meses que la propia asociación ha propuesto a la concejala el mismo servicio a cargo de una empresa con coste cero tanto para el ayuntamiento como para los comerciantes.

"Pero nos dijo que debía ser la empresa concesionaria del servicio de limpieza por imperativo legal" con lo que el presidente de los comerciantes aprovechó para reclamar al ayuntamiento una modificación más ambiciosa del contrato por lo obsoleto del actual. La concejala limitó la modificación, que quiere llevar a pleno en julio, a la recogida de cartones en cuestión y a la ampliación de barrios, pero la asociación de comerciantes exigió que incluya también la recogida de basura los sábados.

REFORMA DEL CONTRATO A juicio de la asociación, el actual contrato exige a la empresa concesionaria un servicio menor de lo que necesita la ciudad y reclamó al ayuntamiento que no deje pasar la oportunidad de actualizarlo para mejorar la limpieza viaria que la propia concejala reconoce mejorable.

Mientras tanto, cada tarde al cerrar las tiendas las calles del centro siguen exhibiendo cartones en grandes cantidades. El presidente del comercio contó que él mismo empleó toda la mañana del domingo en llevar desde su negocio hasta el contenedor 300 kilos de papel, pero reconoció que no es lo habitual y que además hay que dar facilidades al ciudadano para que recicle. Aunque la ordenanza municipal no sólo exige tirarlos al contenedor --y el más cercano del centro está en la Puerta de Coria-- sino que obliga a plegarlos y a apilarlos, pero suelen aparecen tal cual en plena calle.