Los comerciantes de la calle Talavera se quejan de que las vallas amarillas continúan impidiendo el acceso de vehículos, a pesar de que las obras para cambiar el pavimento finalizaron hace más de dos meses. No obstante, la mayoría de los consultados manifestaron que el cierre no perjudica a su negocio, aunque reconocen que imposibilita la carga y descarga de mercancías.

El uso de la calle como peatonal no desagrada a los comerciantes, que creen que se benefician más, "porque la gente pasea más tranquilamente", dijo un comerciante, a pesar de las dificultades para efectuar la carga y descarga de los productos a vender, así como la entrada a aquellos que van a su lugar de trabajo en coche, ya que el único acceso a la plaza actualmente es la calle del Rey.

"Yo vengo desde la carretera de Santa Bárbara. Además del reodeo que tengo que dar me encuentro con un embotellamiento porque todos entramos por ahí, el único acceso. Y no es que lleve así dos meses, sino más de un año, desde que el arreglo comenzó", se quejaba una dependienta.

No obstante, los comerciantes de la calle, en general, no solicitan que la vía se abra al tráfico, sino que la calle tenga un acceso limitado mediante la instalación de unos pivotes que delimiten el acceso según unos horarios establecidos.

En definitiva, "como estaba antes del arreglo" comentaron la mayor parte de los comerciantes. De esta manera, tanto ellos como los vecinos de la zona quedarían contentos, porque estos últimos solicitan que se abra ya la calle por las molestias de acceso que les ocasiona el cierre.