La decisión del ayuntamiento de cerrar la calle del Sol al público por las tardes mientras terminan las obras de pavimentación ha sido recibida por el comercio como un mal menor que no oculta su malestar por lo improvisado de la medida al tratarse de una obra aplazada en varias ocasiones desde el pasado mes de agosto.

Unos y otros son conscientes de las molestias propias de una obra civil en una calle tan estrecha y transitada como ésta, pero la queja es unánime sobre las prisas de última hora. El ayuntamiento se lo plantea el miércoles por la mañana a la asociación de comerciantes, por la noche se les comunica a éstos y ayer mismo se procede al cierre de la calle sin más anuncios. De haberlo sabido con antelación, los comercios habrían adaptado los descansos al nuevo horario o la mercancía a la merma de poder comprar sólo en horario de mañana.

Aunque el acuerdo supone que la empresa constructora va a trabajar de 15.00 a 24.00 horas de lunes a viernes, la mayoría hubiera deseado que aprovechara también sábados y domingos para compartir costes dado que cerrar sus negocios por la tarde les va a suponer pérdidas económicas. A lo que la empresa guardó ayer silencio mientras la asociación de comerciantes ha aceptado la medida tal cual. Así las cosas, sólo esperan ya que se cumpla el plazo dado por el ayuntamiento y en tres semanas se reabra al público esta céntrica calle comercial.