Los diez comerciantes que sobreviven en la plaza de abastos de Plasencia están decididos, no solo a no dejarla morir, sino a darle un giro de 180 grados y ponerla al nivel de plazas de abastos de Madrid, Barcelona, Zaragoza, Valencia o Bilbao.

Lo primero que han hecho es unirse en asociación, la Asociación de Comerciantes de la Plaza de Abastos. Pero además, han elaborado un proyecto encaminado a renovar este espacio de propiedad municipal y además, dinamizarlo, darle más contenido, de forma que sea una instalación abierta a toda la ciudadanía, e incluso un atractivo turístico.

Ana Isabel García es la presidenta de la nueva asociación y ayer explicaba que se trata de un proyecto «muy bonito y fácil de llevar a cabo».

Por un lado, incluiría la renovación de las instalaciones para adaptarlas a los tiempos actuales, ya que, «la plaza tiene más de cien años y fue hace veinte cuando se hizo la última reforma». La idea del colectivo es hacerla más sostenible, en materia de eficiencia energética, de reciclaje y también adaptarla a la normativa para que sea accesible a las personas con discapacidad física y cognitiva «para que todo tipo de público pueda venir y podamos dar un mejor servicio».

Otro aspecto de su proyecto son las actividades de dinamización. Entre estas, plantean por ejemplo algún concurso infantil, iniciativas gastronómicas, de entretenimiento para los niños mientras los padres compran o culturales.

Tienen previsto contratar a un asesor de marketing y diseñar una imagen corporativa y han pedido la colaboración del ayuntamiento. «Estamos a su disposición y tenemos recursos gracias a los fondos europeos», dijo ayer el alcalde.

Así podrían también ocuparse los entre 12 y 15 puestos vacíos actualmente y «que vuelva a ser un referente».