El lema de la cooperativa Sediaco es la gran familia del ahorro , pero no hay duda de que es también la gran familia solidaria porque es una de las pocas empresas que cada año reserva un día en su agenda para donar sangre. Su gerente, Martín de Sande, dice que el mérito es de los socios, cerca ya de un centenar repartidos por Plasencia y localidades de todas las comarcas, que han conseguido sobrevivir pese a las grandes superficies apostando por el comercio tradicional, de barrio y cercano al vecino.

Por eso, porque quieren estar cerca de las personas, llevan más de cinco años colaborando con la Hermandad de Donantes de Sangre Virgen del Puerto y se reúnen dos veces al año para donar sangre. "Nosotros estamos muy contentos de poder contribuir a que la gente tenga sangre cuando lo necesite", dice De Sande, para el que Pablo Vicente, presidente de la hermandad placentina, solo tiene palabras de elogio porque "es un entusiasta y para que una empresa colabore de esta forma tienes que tener a alguien así dentro".

El resultado se refleja en el número de socios que acuden a donar, un centenar al año. Esta semana han sido 57 y han conseguido reunir 49 bolsas. De Sande se felicita porque los socios "son fieles y lo van a seguir siendo porque saben que la sangre tiene una importancia vital". De hecho, están tan concienciados que no dudan en hacerse 80 o 90 kilómetros para trasladarse a Plasencia y poder donar.

Todo un ejemplo que agradece la hermandad una y otra vez porque, como no se cansa de repetir Pablo Vicente, "la sangre salva vidas". Por desgracia, no ocurrió así en el caso del joven que falleció por el disparo fortuito de su hermano y que "necesitó más de 80 bolsas".