El copiloto del coche que el jueves atropelló a un hombre cuando cruzaba un paso de peatones negó ayer haber arrojado su cuerpo del capó del coche a la calzada, como aseguran los testigos. El joven, F. G. R., de 20 años y sin antecedentes, al igual que el conductor, se entregó ayer en comisaría y, tras pasar a disposición judicial, el juez le dejó en libertad, pero con la obligación de comparecer en el juzgado número 2 todos los lunes hasta que se celebre el juicio.

El copiloto, que se presentó en comisaría acompañado por su abogado y algunos familiares, declaró ante el juez que no se dio cuenta del atropello porque todo sucedió demasiado deprisa y, según aseguró ayer su abogado, Angel Aparicio, "ha testificado que se bajó del coche y se fue". Sin embargo, testigos del suceso afirman que, tras atropellar al peatón, el vehículo se marchó a toda velocidad y el copiloto bajó la ventanilla para quitar al hombre del capó y arrojarle a la calzada.

Esto es lo que el joven ha negado rotundamente y, de hecho, se sometió voluntariamente a una prueba de ADN para descartar que restos suyos quedaran adheridos a la ropa del fallecido. En todo caso, su abogado dijo que "está muy arrepentido" y no se entregó antes por miedo a que le culparan del atropello.

Precisamente, la Policía Nacional había estado negociando con la familia su entrega como ya hizo con el conductor, pero F. G. R. no se entregó el martes, como había acordado, sino ayer.

Según fuentes judiciales, aunque quedara probado que arrojó al hombre a la calzada, si esta no fue la causa de su muerte, solo se le puede imputar un delito de omisión del deber de socorro, penado con una multa.